Lento y Constante: La única, real y auténtica historia del entrenamiento.
- Tommy
- 7 oct
- 8 Min. de lectura

Hablemos de entrenamiento.
¿De qué si no, cierto?
Bendito entrenamiento.
De ese al que muchas/os descubrieron hace años, otras/os hace apenas un segundo.
De ese que también se disfraza con la nomenclatura fitness. Bendito fitness.
No hablemos (hoy) de algoritmos en vena, cuerpos aceitados ni entrenadores imberbes con “más de 10 años de experiencia”. Maldito fitness.
Hoy voy a hablarte del entrenamiento real, de la parte vital (no de la impulsiva).
Desde la pertenencia humilde (no el repentino elitismo).
Voy, incluso, a ser incongruente, mostrando fotos de “antes y después”.
Contradictorio, viniendo de alguien como yo que piensa que…
…dichas imágenes son (en la mayoría de los casos) una gran mentira.
Solamente hay una única verdad de entrenamiento.
Y estás a punto de conocerla.
· EL PROPÓSITO (¿Por qué y para qué coño entreno?)
A mí me da exactamente igual. En serio.
- Igual quieres tener más energía y poder lidiar mejor tu día a día,
- Igual tienes que bajar esos marcadores tumorales,
- A lo mejor deseas eliminar tus dolores músculo esqueléticos,
- Simplemente moverte mejor o …
- Prepararte para el apocalipsis zombi y quitártelos de arriba a manotazo limpio y esquivarlos como un gato.
- O, quizás, deseas un cuerpazo para ligar más, ganar autoconfianza, ligar más, poder ponerte el bikini de los 90 ó, …ligar más.
Me da igual, a mí y a la comunidad fitness internacional.
Incluso es obvio que esas razones vayan mutando según el paso de los años.
Yo entré al gym con 16 para quitarme complejos y sentirme apoyado.
Seguí a los 20 para mejorar mi rendimiento como deportista.
Volví a los 30 para “uff, debo hacer algo…”
Y, desde los 40, para mantener mi salud mental.
Lo que importa, lo que verdaderamente importa, es cuánto tiempo de tu vida lo vas a hacer.
Lo que importa es si vas a ganarte el derecho a salir de la media sedentaria, a ser distinta/o.
Si vas a obtener el beneficio full.
Lo que tiene auténtica relevancia en entrenamiento es si posees carné de socio vitalicio,
...o compras una entrada VIP de fin de semana.
· “ESTOY ENTRENANDO” vs. “YO ENTRENO”.
“Joder Luis, ¿Qué estás haciendo que te veo mucho mejor?”
“Sí, estoy entrenando. Es una pasada. Deberías probarlo, estoy ahora mismo haciendounamezcladecrossfitsubacuatico.....
“Antonio, siempre te veo bien, ¿haces algo?”
“Sí, Yo entreno”.
Mis respetos a Luis y Antonio, cualquier “tiempo verbal” de entrenamiento es sinónimo de salud.
Pero, si echamos una nueva mirada al título de este artículo y nos acercamos a la que considero la auténtica realidad del entrenamiento, esa versión presente continua de Luis contiene un aroma de temporalidad.
Digamos que es una definición que (por ahora) carece de permanencia explícita.
En muchos casos suele ser un impulso (por otra parte, normal) que, dependiendo de varios factores, se blindará como un chaleco anti-balas o se derretirá más rápido que un hielo en Kuwait.
Lo de Antonio es lo que yo defino como la “parte vitalicia” del entrenamiento.
Es la pertenencia, la identidad.
Es el tiempo verbal infinito, el carné de socio que portas constantemente.
Es el hábito.
Apuesto mi manada de caballos árabes a que a mi amigo Antonio, nada, nadie, va a sacarlo de su hábito. Porque nada, nadie, va a sacarlo de su vida.
Lo de Luis no está tan claro, por ahora.
Puede que, en algún momento, se le empiece a acabar el carburante motivacional de 98 octanos o puede que, definitivamente, acompañe a Antonio en su periplo vital. ¡Yayyy Luis!
¿Otra diferencia?
Las personas que “están entrenando”, como Luis, suelen experimentar un repentino elitismo y pasan a explicarte cada detalle de ese fitness instantáneo que ellos acaban de descubrir.
Como cuando tu hijo aprueba el carné de conducir y ya te dice cómo tienes que coger la rotonda.
Mientras, los seres humanos que “entrenan”, como Antonio, conviven con la naturalidad de otro hábito inteligente (y natural) más en su vida.
Sin dar lecciones ni jactarse de su forma de vivir.
No hay necesidad.
· LENTO Y CONSTANTE
Las personas que “están entrenando” se mueven en escenarios rápidos, en algunos casos fugaces.
Suelen habitar en el hervor del estímulo y la estimulación desmesurada.
Esa dimensión veloz les conduce a no ver más allá de la siguiente sesión de entrenamiento, cada una de ellas es una especie de guerra en la que hay que demostrar la nueva naturaleza.
Voy a tener que repetir esto varias veces:
Y eso ¡no es nada malo!, es simplemente un proceso.
¡Todo bien, colega!
El problema viene con el paso del tiempo. Cuando la aplastante realidad les muestra que es imposible permanecer siempre en la fase “Forrest Gump” y, por el bien de la adherencia, deben pasar a la fase “relájate hermano, ahora ya entrenas de por vida”.
Son las mismas personas que apresuran su intento de mostrar al mundo su nuevo estatus, y sus cambios. Sobre todo, sus cambios de silueta física.
La validación personal se centra, en mucha medida, en esa foto de antes y después.
Insisto, no hay absolutamente nada de malo en ello.
Es más, es senda obligada hacia el “Yo entreno”. El proceso hacia el hábito.
Las personas que “entrenan” no tiene historias explosivas de fitness.
Sin embargo, son el ejemplo magno del desarrollo personal.
Su rutina semanal es una parte más del procedimiento individual.
Ni más, ni menos importante.
No es obsesión, es compromiso. Uno sin caducidad.
No existe la mínima posibilidad de abandono. Porque no puedes abandonar tu propia vida.
Nunca.
Esta es la verdad sobre el entrenamiento.
Una verdad lenta, constante.
La única manera de conseguir entrenar…toda la vida.
La única manera de conseguir cambios decisivos y definitorios.
La transformación definitiva.
Esta una pastilla difícil de tragar, pero…
Si el entrenamiento y el ejercicio no es un hábito de por vida,
no te va a valer.

(ó la parte en la que piensas que estoy siendo incongruente…hasta que, en realidad, lees esta parte).
Existe una parte del fitness curiosa que, quizás, aún no sabes.
La mayoría de las fotos de “antes y después” son irreales y muchas de ellas sencillamente mentira.
Déjame explicar algo rápido (¡ojo! Alerta empollona).
Nuestro cuerpo permanece estable en algo llamado punto o nivel homeostático, quiere esto decir que nuestro cuerpo se acomoda en cierto punto o nivel de fitness y de salud.
Es relativamente sencillo mantener ese nivel, una vez que estamos ahí.
Podemos cambiar ese punto de homeostasis hacia uno mejor, lo que lleva un alto grado de esfuerzo y tiempo (¡a entrenar!).
Para aquellas personas que ya han estado en una gran forma anteriormente es relativamente sencillo progresar hacia ese nivel.
¿Por qué?
Una de las razones es la fisiología de las células musculares.
Estas células son multinucleadas (es decir, contienen varios núcleos).
Al ganar musculatura (con el entrenamiento) depositas núcleos adicionales dentro del músculo.
A medida que el músculo crece (por el entrenamiento), depositas más núcleos.
Si dejas de entrenar y caes en la inactividad, durante un tiempo más o menos prolongado, tu músculo se atrofia, PERO esos núcleos depositados están ahí. Digamos que la información para que el músculo crezca ya ha sido depositada.
Cuando decides volver a entrenar, volverás a ese nivel más rápido porque el cuerpo “reconoce” el proceso y ya sabe cómo llegar “allí”.
Muchas de esas fotos son de personas que ya estuvieron “en forma” anteriormente y que en un relativo corto espacio de tiempo han vuelto a su “normalidad”.
Esta es una de las razones por las que esas fotos, en realidad, no son de “antes (de entrenar) y después”, más bien de “después (de dejar de entrenar) y después (de retomarlo)”.
En otros casos son simplemente una vil mentira. Aquí no me extenderé mucho, pero se trata de fotos retocadas con programas informáticos.
Ahora déjame explicarte porqué vas a ver fotos de “hace años y mucho más tarde” de mis clientes presenciales.
Hace años que no acepto más clientes presenciales, así que mi objetivo aquí no es vender mis servicios. No hay marketing escondido aquí. No lo necesito.
Mi objetivo principal y honesto es que entiendan que la transformación de una persona tiene varias lecturas.
Un segundo de imagen nunca va a hacer justicia a años de dedicación, así que no te dejes arrastrar por el impulso emocional.
Una transformación es más nítida en la expresión corporal, que en la simpleza de menos grasa y más músculo.
Una verdadera transformación solamente la entienden a la perfección las partes involucradas.
Ustedes ven la foto. Nosotros vemos el proceso.
Ustedes ven una foto de “antes y después”.
Nosotros vemos una Vida de “antes y después”.


Son personas que “entrenan”, no son personas que “están entrenando”.
Son personas que han transformado sus vidas, con un hábito vitalicio.
Que nada, nadie los va a sacar de su Status Quo.
Es su nueva piel. Su nueva normalidad.

No todo el mundo entrena para tener un cuerpazo.
¿Qué tal simplemente funcionar mejor, ser feliz y vivir más?
Son personas a las que su cuerpo “les ha seguido” y se ha ido adaptando a esa "nueva vida".

Tipos que no persiguen desmesuradamente la simple silueta física, pero que ésta (de alguna manera) tiene una manera de encontrarles a ellos.
Por supuesto, esta "filosofía" es mucho más factible a ciertas edades.
Dile a una/o veinteañera/o de gym “relájate mi niña, mira vamos a entrenar para la vida, tu cuerpo es secundario ahora mismo, así que vamos a centrarnos en…. (¡eh, pero ¡dónde vas?...¡vuelveeee!).
Aún, desde mi punto de vista, es el más sabio de los abordajes del entrenamiento. Ese en el que lo adhieres a tu existencia de forma magistral y definitiva.
Las personas que has visto en este artículo apenas tuvieron contacto con el entrenamiento de fuerza en su vida anterior, salvo uno de ellos.
Siempre hay una oportunidad para responder. El mejor momento para empezar es precisamente aquél en el que tú lo haces.
Es absolutamente posible aumentar musculatura a cualquier edad.
Es absolutamente posible aumentar masa ósea a cualquier edad.
Es total y completamente posible transformar tu vida. A cualquier edad.

Estas 4 personas, obviamente, han dado su permiso explícito a que estas “vidas” sean publicadas.
Son personas reales, con vidas reales.
"Influencers naturales" que no se jactan de su proceso, ni te van a dar lecciones de su “experiencia”.
Sus vidas no giran en torno al entrenamiento, pero el entrenamiento es parte crucial de ellas.
Estoy absolutamente seguro que el entrenamiento físico es la fuente de la juventud y estas vidas que acabas de conocer así lo demuestran.
Y no por estas simples e inertes imágenes de diferencias musculares y/ o grasa corporal, sino por el compromiso férreo a la transformación personal definitiva.
Y, por lo menos a mí,...
no me interesan cuerpos esbeltos sintiéndose miserables,
ni cuerpos grandes viviendo vidas pequeñas.
Dejen que me despida con un dos de verdades que la mayoría de la humanidad no suele creer:
1. El primer paso de la vejez no es el paso del tiempo, es abandonar el movimiento.
2. Entrenar no es un sacrificio, es un privilegio.
1. “Ya tengo una edad” o “el entrenamiento nunca fue lo mío” no dejan de ser auto-frases con un aroma de aceptación.
Una aceptación “conveniente”, en muchos casos resultado de la desinformación, en muchos otros el del comienzo del abandono personal (triste).
2. El privilegio de sentirse especialmente vivo, sano y en alerta.
El privilegio de no adelantar la vejez 20-30 años.
Unas personas se hacen viejas.
Otras..., simplemente cumplen años.
Tommy.
CoachTT.
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