HABLEMOS DE TÍ: ¿ERES ENTRENABLE?...
Así que quieres éxito seguro en tu entrenamiento.
¡Ok, …pues hablemos de TÍ!
Contratas a un/a gran entrenador/a ,…
compras el programa perfecto online, …
ó consigues entrar en el mejor gym de la ciudad…
¡Bien!, ya tienes el 50% de la ecuación.
Ahora háblame de ti,
¿qué pasa contigo?...
… ¿Eres lo suficientemente “Entrenable”?
Alerta Inicial:
Antes de leer este artículo necesitas saber que debes estar preparado para escuchar frases duritas y verdades que pueden sonrojar.
Este artículo no tiene la intención de insultar a nadie, sino dejar claros algunos elementos importantísimos del proceso de entrenamiento.
Sobre todo, del proceso de Entrenador/a « Entrenado/a y de la idealización mental inicial del proceso vs. la realidad del mismo.
Programas Mágicos, Ejercicios definitivos y Entrenadore/as famoso/as están alrededor tuyo, tienes infinidad de acceso a estas pautas, a diario.
Desde un click puedes acceder a ese programa que le funcionó a Bobby (¿por qué a ti no te va a funcionar?), a esa cuenta de Instagram que revela los ejercicios que necesita Bobby e incluso invertir una buena cantidad en el entrenador/a de celebrities que ha contratado Bobby.
No. No voy a hablar de eso, ¡Tranquilo Bobby, tranquilo!
Hoy voy a hablar de la otra mitad del problema (ó la solución).
El/La Cliente.
TÚ.
Voy a hablar de Ti (o de alguien que conoces bien, ya sabes: “pregunto por un amigo y tal…”)
Y quiero que estés abierto/a a esta lectura porque el único objetivo es hacerte entender que contratar un entrenador/programa/aplicación no vale absolutamente de nada si tú no estás preparado/a para ser …
“¡ENTRENABLE!”
Sé Honesto/a.
Antes de invertir todos tus ahorros de 1 año en el entrenador más famoso de Hollywood te pido que seas honesto con quién mejor lo merece: contigo.
En serio, no eres así de único/a. Si todo el mundo tiene que pagar su peaje para tener éxito y llegar a algo tangible, tú también deberás hacerlo.
Esa creencia de que puedes llegar con atajos y giros prohibidos es algo de falta de respeto hacia aquellos y aquellas que siguen el proceso a rajatabla.
Ahora mismo, probablemente, ya estés preguntándote qué coño es eso de “entrenable” y si tú lo eres o no, ¿verdad?
¿Qué significa SER ENTRENABLE?
“Un buen entrenador puede cambiar tu cuerpo (y tu rendimiento),
pero un gran entrenador puede cambiar tu vida”.
Y añado: “El mejor entrenador del mundo no tiene nada que hacer si tú no eres entrenable”. Si no eres aprovechable.
Entrenable es … confiar en un proceso. (Paciencia y Fe)
Normalmente, cuando un médico planifica un seguimiento de un paciente y una serie de estrategias para solucionar un problema, éste lo sigue al pie de la letra. Repito, normalmente.
Cuando el opositor u opositora a una plaza en educación desea tener éxito confía en un plan y en una periodización, máxime si está dirigida por un asesor.
En Fitness, millones de personas levantan la mano ante la pregunta: “¿Cuántos de ustedes no consiguieron lo que querían con su entrenamiento?”
Levantándola de nuevo ante la siguiente:
“¿Cuántos de ustedes no terminaron su plan, saltaron a otro o simplemente se aburrieron?”
Un sinfín de amantes del fitness, en realidad, no culminan sus programas en el tiempo y esto, mis adorados lectores, es la principal razón del fracaso.
Pero claro, tú crees que tu genética es culpable, nunca tienes tiempo, el contacto con las mancuernas te produce alergia o hay una conspiración fisiológica de las células de tu cuerpo contra ti.
Empiezas de maravilla, con la adrenalina en tus orejas, pero 12 semanas se hacen muyyy largas, el aburrimiento empieza a comerte y muy pronto empiezas a dudar de absolutamente todo.
¡Se acabó!, otro programa inacabado.
Otro paso más lejos del éxito.
Entrenable es … entrenar duro (¡sí!: pone “duro”)
¡Lo dije!
Un momento, soldados de la cruzada de la sanidad, un momento…
Claro que no significa quebrar tu salud, ni jugar con fuego, ni saltar sin red, ni bucear entre tiburones (si quieres puedo seguir con las metáforas, pero creo que ya lo pillas…)
Pero, mi gente, estamos hablando de entrenar y no de hacer ejercicio (diferencias abismales que no pueden ser abordadas en este momento).
Y Entrenar se supone que DEBE RETARTE, en alguna forma.
Si entrenas y quieres resultados tangibles debes saber que tu cuerpo deberá entender el entrenamiento como una amenaza a su estado de equilibrio. Debe ser (algo) más duro de lo que estás acostumbrado a hacer, un poco más. Una pequeña cachetada que estimule a tu cuerpo a reaccionar.
Entonces un montón de personas contratan a un entrenador, esperando que éste “traiga la luz” al proceso, que todo fluya y que resuelva sus problemas. En definitiva: un disparo corto y rápido de motivación, y dinero.
¿Sabes qué?: Esa será una inversión perdida si tú (primero) no tienes la decisión firme de “atravesar el túnel”.
Claro que dicho entrenador podrá ayudarte en momentos difíciles y por supuesto que su asesoramiento será clave, pero recuerda que estás contratando un entrenador, no un psicólogo.
Colócate en una situación en la que estés preparado para ser empujado fuera de tu comodidad. Y no, esto no significa aniquilarte en cada sesión, ni mucho menos (vuelve arriba a la parte de las metáforas si quieres).
Hablo de la incomodidad de progresar y empujar siempre un poquito más.
Con mesura, pero un poquito más.
Con calidad técnica, pero un poquito más.
¡Hey!, un poquito más.
Entrenable es ser Consistente.
Este punto tiene mucho que ver con el primero (confiar en el proceso) pero merece su propio minuto de gloria.
La intensidad en el entrenamiento por supuesto tiene su lugar. De hecho, es un requerimiento esencial del entrenamiento efectivo (léase aquellos y aquellas que, en realidad, quieren conseguir algo con esto de levantar hierros).
El problema aparece cuando la gente (¡muchísima!) permite que la intensidad interfiera con la consistencia.
El entrenamiento inteligente es mejor visto desde una perspectiva de 10 kms. Imagina que alguien te dice “colega el lunes pasado sí que comí de maravilla, nada de comida procesada y con control de mis macronutrientes, me sentí enérgico”.
Y tú, probablemente, pensarás: “bravo fiera, y ¿por qué tanto énfasis en un solo día?”.
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